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La respuesta es clara: No. Por supuesto que no.

En los últimos años parece que la tendencia está más que orientada a que si no se tiene un título universitario, el futuro parece más aciago y oscuro, pero, ¿Es eso cierto?

La realidad es mucho más dura, hasta el punto de que si a nosotros se nos rompe un grifo, no llamamos a un abogado o a un profesor, si queremos cambiar la cocina, no visitamos a un médico, ni a un economista…y esa es la más absoluta verdad que nos azota a diario y de la que muchas veces huimos, en lugar de afrontarla: La realidad.

Hoy por hoy, y gracias a las continuas “mejoras” de nuestro mareado sistema educativo, una persona no tiene que seguir un rígido camino para acabar pudiendo optar a una salida laboral, os dejo unos ejemplos (de casos reales) para que comprendáis mejor hacia dónde va este post:

  • Samuel. Tiene 14 años, ha llegado a España hace un año y le está costando mucho adaptarse al sistema educativo. Ha cursado 2º de la ESO. Lo han metido en un plan especializado, denominado “Diversificación Curricular”, donde las asignaturas troncales (Lengua, Mates, Inglés) las ve en grupos reducidos con un profesor de apoyo, ésto le ha permitido promocionar a 3º y reorganizarse por si el día de mañana quiere seguir estudiando.
  • Ana. Tiene 16 años. Ha cursado 4º de la ESO. Ella no quiere hacer Bachillerato. Quiere ser              peluquera, como su abuela y su madre, pero parece que como ha sacado buenas notas, “está obligada” a cursar Bachillerato y luego una carrera universitaria. Pero no es así. Ana tiene las cosas muy claras y como ya ha titulado en Educación Secundaria Obligatoria quiere hacer un ciclo formativo de Grado Medio en “Técnico en Peluquería y Cosmética Capilar”, ya que para acceder a este tipo de estudios solamente hay 2 vías: Tener aprobada la ESO, o hacer una prueba de acceso a Ciclos Formativos de Grado Medio.
  • Encarni. Tiene 33 años. Dejó de estudiar a los 16 para trabajar y ayudar a su familia económicamente. Ahora se ha puesto en contacto con nuestra academia porque ella también pensaba que era cierta la famosa leyenda urbana: “Para hacer una oposición y ser funcionario tienes que tener una carrera universitaria”, hasta que nos conoció y le explicamos que las Oposiciones son como las estrellas de los hoteles, unos tienen más, otros menos, pero todos tienen algo positivo y en líneas generales se suele estar bien en ellos.

Estas historias reales no hacen otra cosa que poner de manifiesto que “quien quiere, puede” y solamente has de dejarte guiar por un buen grupo de profesionales que se impliquen de lleno en tu proceso de aprendizaje, para que la eficacia sea máxima.

Aventúrate y consigue tu sueño. Nunca es tarde para estudiar. Nunca.

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